Nada

Mariana Piñera

Mi ventana daba a la calle,
Vi pasar a todas las almas
Y entonces pensé en aquella noche.
Cuando usé ese vestido rosa
Del que aún guardo un pedazo.

Me pregunté cómo llegué a esto.
De ser de miel y cristal
pasé a ser de ceniza y arena,
de ser de pedazos de Sol y labios de fresa
pasé a ser de tierra y roca banal

Me desvanecí,
Como el viento se lleva los susurros;
Los susurros de las almas frente a mi ventana,
Que nunca se quedan
Y sola me vuelven a dejar.

Y dije
“Si me esfuerzo un poco más,
volveré a ser de las olas del mar,
y si no puedo, tal vez,
seré una estrella fugaz.”

Pero destinada no estoy a ser eso.
Volví a mi ventana y vi más almas,
Todas cargando su propio peso,
Al final, me senté entendiendo,
Y tomé el pedazo rosa.

Escribí sobre él:
“No más miel y cristal,
ni ceniza y arena,
ni pedazos de Sol y labios de fresa
No más tierra y roca banal”

Nada más,
Nada
porque soy nada mirando a las almas.